Calidad, estilo y materiales.
Esa parece ser la receta secreta de Hasselblad para ofrecer con Lunar una cámara diferente a todas, y no sólo por ese precio que nos puede parecer desproporcionado pero que obedece entre otras razones al elevado nivel de exigencia técnica de la marca, por no hablar de que hablamos de un dispositivo que por cómo y con qué se ha construído casi parece más una obra de arte.
Tradicionalmente el nivel de exigencia en el apartado técnico de las Hasselblad ha estado siempre situado un par de escalones por encima del resto, pero cuando han decidido ofrecer un producto para un público no profesional también son capaces de distinguirse.
En sus especificaciones técnicas encontramos un sensor APS-C de 24,3 megapíxeles que además de fotografías de extraordinaria resolución es capaz de capturar vídeo en FullHD. Pero además de sus fluidas y elegante líneas debemos acudir a la enumeración de los materiales con los que toma forma.
Fibra de carbono, titanio, lujosas maderas, refinadas pieles y por si eso fuera poco oro son algunos de los materiales que Hasselblad ha elegido para la Lunar. Ahora empiezan a salirnos las cuentas. ¿Veis como no estábamos locos? No tanto, quiero decir. -[Hasselblad]
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