Microsoft parece a toda costa empeñado en hacerse con el liderato del llamado mercado del “software de bajo coste”, un nuevo “filón” para las empresas tecnológicas que ha sido descubierto e iniciado por una fundación benéfica, pero que se está convirtiendo en un auténtico banquete entre tiburones, debido a las enormes posibilidades que plantea.
El “gigante entre los gigantes” se ha puesto manos a la obra para recuperar el tiempo perdido con la OLPC, la fundación de Nicholás Negroponte, que pretende llevar la informática e Internet a los niños desfavorecidos del mundo, aunque en su caso sin intereses lucrativos.
Hace unos días conocíamos la primera “marcha atrás” en los acuerdos que se habían empezado a gestionar antes de la irrupción de Microsoft. El líder libio, Gadafi, rompía el acuerdo con el XO laptop de Negroponte, para firmar la compra de 150.000 portátiles Classmate, el “bajo coste” nacido de la todopoderosa unión Intel-Microsoft.
Nigeria ha sido el segundo país africano en hacer un pedido de Classmates al tándem formado por los dos gigantes, y es aquí donde entra en juego Mandriva, pues el distribuidor de Linux había sido el elegido para ser el sistema operativo de Classmate, aunque finalmente no vaya a serlo.
Microsoft ha acabado imponiéndose para que sea Windows y no Mandriva, lo que ha provocado el enfado de los últimos. Francois Banchilhon, máximo responsable de la distribución Linux, ha publicado en su blog una carta abierta dirigida a Steve Ballmer, CEO de Microsoft, que hoy recoge The Inquirer, en la que, visiblemente enojado, le acusa de competencia desleal:
“Recientemente cerramos un acuerdo con el gobierno de Nigeria…”. “Entonces tus chicos entraron en juego y el acuerdo se volvió más competitivo. No diría que sucio, aunque alguien podría utilizar esa palabra. Lucharon por llevarse el acuerdo, pero el cliente estaba contento con el CMPC y con Mandriva. Así que cerramos el trato, gestionamos el pedido, certificamos el software y mandamos las máquinas. En otras palabras, hicimos nuestro trabajo. Por lo que sé, los PCs se están enviando en estos momentos.”
“Y hoy me entero por el cliente de algo radicalmente diferente: pagaremos por el software de Mandriva como acordamos, pero luego lo reemplazaremos por Windows”.
“¡Caramba! me siento impresionado Steve ¿qué hiciste para que estas personas cambiaran de opinión? Para mí está claro, y también lo está para los demás ¿Cómo llamas tú a lo que has hecho, Steve? Hay distintas palabras para ello, y estoy seguro que conoces algunas. ¿Cómo te sientes cuando te miras en el espejo por la mañana? Eso Steve, ¿cómo te sientes?”
Ballmer, por su parte, ya se ha defendido de las acusaciones, ya que Microsoft ha emitido un comunicado rechazándolas y amparándose en la libertad del mercado.
Este no es el primer roce entre ambos directivos, pues Mandriva ya mantiene una disputa con Microsoft por no haber pagado por el uso de patentes de Linux, que, según Microsoft, le pertenecen.
Se puede acceder a la carta completa de Banchilhon aquí.
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