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Marissa Mayer o cómo la revolución nunca llegó a Yahoo

Quizá fue por emocionarse demasiado. Cuando las expectativas son tan elevadas, es fácil acabar en decepción. De Marissa Mayer se esperaban milagros, sacar a una compañía que parecía condenada del agujero y ponerla de nuevo al lado de Google y Facebook y Apple y Microsoft. Volver a ser una de las grandes, solucionar sus problemas de identidad y de reputación en pocos meses. Y si se le echa un vistazo a los datos de bolsa de la compañía en los últimos dos años y medio, desde que Mayer se convirtió en CEO, podríamos concluir que el milagro ha ocurrido.

Cuando Marissa Mayer se puso al frente de Yahoo en julio de 2012, las acciones de la compañía valían 15 dólares. Ahora, dos años y medio después, ese valor ha aumentado más de un 200%, y los títulos están ya por los 50 dólares. ¿Cómo hablar de decepción? ¿Por qué los inversores, que deberían estar contentos, son algunos de los mayores críticos de Mayer? La respuesta es sencilla: el aumento de valor de las acciones de Yahoo en estos últimos años no tiene demasiado que ver con lo que ha hecho su CEO.

Los responsables de mantener ese barco a flote fueron Alibaba, de la que Yahoo tenía una participación cercana al 25%,  y su buen rendimiento. Y cuando en septiembre de 2014 la compañía china se estrenó en la bolsa, la firma de Mayer vendió 140 millones de acciones, con lo que ingresó 9.400 millones de dólares brutos. Y ese dinero y lo que la CEO de la compañía pretende hacer con él es uno de los puntos de conflicto con los inversores. Esta misma semana, Starboard Value, una de las firmas inversoras más críticos con Mayer, le mandaba una carta expresando su preocupación por los rumores que circulan de que Yahoo podría usar ese dinero para comprar alguna compañía de televisión por cable.

Tras proponer algunas alternativas que no incluyen grandes adquisiciones, llega la amenaza del último párrafo: “si decides proceder por un camino diferente buscando grandes adquisiciones (…), se trataría de una indicación clara para nosotros de que Yahoo necesita un cambio de liderazgo significativo”. El problema principal: han pasado 60 días desde la OPV de Yahoo, de forma que la compañía ya puede hacer público qué piensa hacer con el dinero, pero todavía no han dicho nada. Y los inversores se están poniendo nerviosos.

¿Es toda la culpa de Marissa Mayer?

Para echar algo más de leña al fuego, estas navidades se publicaba el libro “Marissa Mayer and the Fight to Save Yahoo!” (“Marissa Mayer y la lucha para salvar a Yahoo!”), del periodista Nicholas Carson, en el que la CEO de la compañía no sale muy bien parada. Aunque al final se apunta que Steve Jobs no dio el golpe en la mesa del iPod hasta su quinto año tras volver a Apple, el resto del texto dibuja a una CEO que toma decisiones tirando a equivocadas y que no logra lo que se esperaba de ella. Culpar a Marissa Mayer es fácil, pero quizá el fondo de la cuestión es que no había mucho que hacer.

Mayer cogió una compañía para la que la única esperanza era creer en los milagros. ¿Qué hubiese cualquier otro nuevo CEO en su lugar? Además de temer por su puesto, ya que eran pocos los CEOs que cumplían el año al frente de la compañía, pocos sabrían por dónde empezar. Yahoo era (y sigue siendo) una compañía que ya nadie tenía muy claro a qué se dedicaba, y que claramente no había sido capaz de adaptarse a los nuevos tiempos desde la aparición de Google, los smartphones y toda la revolución tecnológica de los últimos años. Y no era una compañía pequeña en la que un cambio de rumbo pudiese ser sencilla: Yahoo es un gigante en el que nada se puede hacer muy rápido.

Por supuesto, no todo el mundo está de pronto en contra de Marissa Mayer por no estar logrando lo que se esperaba de ella. Tras la publicación del libro de Carson y de otras voces críticas, han salido también inversores dispuestos a apoyarla. Defienden que necesita más tiempo, que Yahoo no es algo que se salve en dos días, ni en dos años. También defienden que necesita hacer esas grandes adquisiciones que se rumorean, que necesita todo ese dinero que ingresó gracias a la OPV de Alibaba y que muchos accionistas quieren simplemente ver en sus cuentas bancarias.

¿Hay salida para Yahoo? Muchas voces empiezan a hablar de que en realidad, más que comprar, lo que debería hacer la compañía es vender. Se habló de Twitter en posible interesado en hacerse con Yahoo y, por supuesto, de Alibaba devolviendo el favor. Tras años en los que Yahoo era propietario de casi la mitad de la firma china, ¿no querría su CEO, Jack Ma, ahora que a ellos les va bastante mejor, hacerse con Yahoo? Los próximos meses determinarán el futuro de la compañía… y de Marissa Mayer.

Ana Bulnes

Periodista fascinada por el mundo, la tecnología, los libros, las series y la música. Puedes seguirme en Twitter, Facebook e Instagram.

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