El concepto es simple, ¿para qué ir andando agujereando al personal para sacar sangre cuando podemos usar un fluido que está saliendo continuamente de manera natural? Siguiendo esto, ingenieros de la Universidad Estatal de Arizona y la Clínica Mayo han diseñado este nuevo tipo de sensor que es capaz de conocer la glucosa en las lágrimas.
Esta medida se asemeja mucho a la de la contenida en la sangre por lo que se podría usar con cierta seguridad. Por ahora las pruebas han sido un éxito y seguirá adelante gracias a la Clínica Mayo y BioAccel.
Otra cosa es que resulte barato producirlas y que sea buena idea hacer que en un momento de emergencia temblorosa alguien vaya acercándose al ojo un trozo de plástico en busca de una lágrima que no puede ver si no es con un espejo…— Dani Burón [MedGadget]
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