Fuyuhito Moriya, de 39 años, cansado de los precios abusivos de las casas en Tokyo, decidió ponerse manos a la obra y construir la suya propia, así que compró un miniterreno de 30 metros cuadrados y se las ingenió para edificar una casita de 3 plantas.
Como podréis imaginar, con ese tamaño se ha tenido que estrujar la cabeza para que quepa todo, así que los armarios son empotrados, los cajones salen de las paredes, los lavabos son mínimos e incluso la escalera de espiral es triangular en vez de circular para ahorrar espacio. Además para que tenga suficiente luz, las ventanas son tamaño escaparate.
A pesar de ello le ha costado medio millón de dólares y tiene que compartir dormitorio con su madre… no es de extrañar que siga soltero. Me pregunto qué harán cuando la madre sea mayor y no pueda subir esas “comodísimas” escaleras, ¿venderá la casa o dormirán en la cocina?— Dani Burón [CNN]
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