Esta semana y parte de la pasada hemos sido testigos de grandes movimientos en el campo de la seguridad. Los responsables políticos están presionando en este punto y las grandes empresas se posicionan en un mercado grande, pero con todavía mayor potencial de crecimiento.
Y sin embargo, la percepción que se puede obtener por el contacto con los especialistas en seguridad es la incapacidad para hacer frente a la constante evolución que el malware lleva a cabo. Quizá se exige un salto de eje en el planteamiento de la protección, tal vez habrá que remover los propios cimientos de los estándares y de la propia legislación para poder ofrecer un producto seguro.
El ritmo evolutivo de la tecnología obliga a ofrecer productos nunca lo suficientemente seguros, que en combinación con otros nada fiables son bombas de software circulantes. Las grandes compañías fusionan firmas de seguridad para hacer frente a sus carencias en este campo.
Tal vez sea el momento de una convención mundial para hacer frente desde una perspectiva global y conjunta a los problemas de seguridad que hacen inviable el desarrollo normal de la empresa online.
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