Uno de los primeros prototipos cuenta con un nanogenerador que recoge energía eléctrica de movimientos como el pulso, las vibraciones, la brisa, las ondas sonoras, o incluso a través de energía solar, química o termal.
Con un condensador se guarda dicha energía eléctrica y luego con un minitransmisor de radio se envían señales inalámbricamente hasta poco más de 9 metros.
Por ahora este pequeño prototipo es una muestra de los múltiples usos de estos nanogeneradores creados por el grupo de investigación liderado por Zhong Lin Wang y con fondos del Departamento de Energía de los EEUU.
El equipo se muestra optimista y cree que podrá mejorar la energía recogida por los movimientos hasta conseguir aparatos que puedan permanecer encendidos eternamente, pudiendo implantarlos en el cuerpo o soltarlos en misiones de reconocimiento continuo por el mundo.
Aunque lo que todos esperamos es cuando saldrán los móviles con baterías que duren algo más que un sketch de la Hora Chanante y que podamos recargar a lo maraca de Antonio Machín. [Science Daily]
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