España es uno de los países en los que mayor defensa hacemos de los beneficios de la siesta, aunque esta costumbre no es comprendida en otros lugares ni está demasiado bien vista. Lo común es echársela el fin de semana, después de la jornada intensiva en verano para huir del calor o cuando uno tiene una jornada partida que le permite pasar por casa para comer.
No es normal que los españoles la durmamos en el lugar de trabajo, aunque teniendo en cuenta lo tarde que por lo general salimos de la oficina, tampoco estaría mal que la siesta se empezara a considerar como opción y se habilitaran lugares específicos para su disfrute en las compañías. En Silicon Valley algunas empresas como Google o Samsung ya han creado espacios para que sus trabajadores puedan reposar y echar una cabezadita.
Una startup con sede en el condado de Orange llamada Nappify se ha convertido en una de las mayores abanderadas de esta sana costumbre en EE.UU. El objetivo de esta firma es cambiar la percepción negativa que se tiene en el país de aquellas personas que aprovechan para descansar en algún lugar público durante el día y democratizar estos ratos de sueño entre las organizaciones a través de un servicio externalizado.
Para popularizar la siesta, Nappify cuenta con una especie de remolque que incorpora cuatro cubículos individuales habilitados para poder caer rendido en los brazos de Morfeo. Cada uno de estos espacios, acompañados de aire acondicionado, es lo suficientemente grande para incluir un colchón doble y una mesa plegable. Las sábanas se cambian en cada ocasión. Además, disponen de ventanas con persianas para que no solo se disfrute de intimidad, sino también de oscuridad. Una vez el tiempo de dormir ha concluido, se activan unos sistemas de iluminación.
“Existe la idea errónea de que una siesta es… una cosa fea y poco profesional”, señala a la revista Time el CEO de Nappify, Kevin Pharm. “Nuestro servicio te permite tomar 30 o 40 minutos para refrescarte y reenergizarte para la segunda mitad del día”, añade. Por cada uno de estos lapsos de tiempo cobran alrededor de 13 dólares.
La startup estará haciendo un tour este verano por el sur de California para convencer a los americanos de que dormir un ratito en pleno día no es solo algo de perezosos. La compañía también se está planteando instalar alguno de sus remolque en los aeropuertos, para aquellas personas que sufren paradas y retrasos en sus vuelos o incluso en las carreteras en las que se produzcan atascos.
La ciencia está del lado de todos aquellos que defendemos las siestas. Hasta la NASA asegura que 40 minutos de sueño mejoran el rendimiento un 34% y la capacidad de alerta un 100% de sus astronautas. Los que las dormimos tenemos mejor productividad, somos más felices, mejoramos nuestra memoria, prevenimos la obesidad y somos menos susceptibles a cardiopatías o demencia.
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