Quien no conozca a esta subespecie frikesca, se trata de la gente a la que les encanta los animales antropomórficos y/o apastelados, y que en su nivel más aberrante llegan a disfrazarse hasta de Mi Pequeño Pony. Para que os hagáis una idea, en el grado de aceptación del mundo friky están a la altura de los mimos en las artes escénicas o los tunos en la universidad.
Pues bien, sólo su enorme crecimiento y el origen japonés de las Necomimi podría explicar la creación de un producto tal y que probablemente se convertirá en un icono en Internet que llegará a niveles tan épicos como la Batamanta.
La base es un sensor de EEG de Neurosky y, según comentan, el par de orejas con servos actúa según nuestros pensamientos, poniéndose de punta cuando estamos alterados y atentos, y bajando cuando estamos relajados o desconcentrados.
Aunque por ahora, sus barreras para convertirlo en un fenómeno que veamos por las calles son que sólo se comercializa en Japón, y que si llega alguna vez a España costará posiblemente más de 100 euros.
Eso sí, cuando nos llegue los furries empezarán a extenderse con la misma virulencia que el canismo con cada disco de Camela o los ya extintos Calaítos… Y yo que pensaba que lo peor que podría pasarnos en el 2012 era la quiebra financiera… [Neurowear]
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