A Nokia le salen las cuentas, y mucho. De hecho, le salen mejor de lo que él mismo espera. Y es que el fabricante finlandés de teléfonos móviles ha anunciado que, durante el segundo trimestre, sus ganancias subyacentes por acción subieron 0,32 euros, frente a lo que se esperaba, que eran 0,25 euros. Y eso tras ajustar los resultados por el rendimiento de su negocio de redes, que su socio Siemens presentó la semana pasada.
Estos datos situaron el valor de sus acciones en el nivel más alto en los últimos cinco años. No conforme con eso, las cifras de Nokia asustan: Vendió 100,8 millones de teléfonos en el trimestre, más que la suma combinada de sus tres rivales más cercanos, y estimó su cuota de mercado en un 38 por ciento, con lo que superó el consenso de los analistas de un 37,7 por ciento.
Además, las previsiones para este año no pueden ser más halagüeñas, ya que se espera que las ventas de terminales aumenten un 10% los 978 millones que ya comercializaron el año pasado.
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