Nokia X6
Un terminal orientado al entretenimiento y nacido para ser el sustituto natural del Nokia Xpress Music 5800.
A diferencia de su, podríamos decir “predecesor”, el teléfono cuenta con una pantalla capacitiva que le permite manejar la interfaz con varios dedos. El cambio es para mejor y la experiencia táctil se hace mucho más agradable y natural que la que se daba con el 5800. Compartimos con muchos de los usuarios del teléfono la opinión de que ésta sea quizá la característica que más nos ha gustado del modelo, aunque a la casa finlandesa aún le falta pulirla un poco para equipararse a la calidad de otros fabricantes.
El teléfono explota todas las posibilidad del servicio de música Comes with Music, permitiendo una gran facilidad para descargar las pistas libremente y para sincronizar el teléfono con el ordenador y pasar canciones, lo cual puede hacerse también a través de Bluetooth, haciéndolo francamente cómodo. Así, el móvil es un todoterreno capaz de leer un gran abanico de formatos de audio: MP3, SpMidi, AAC, AAC+, WMA y MTP y almacenar una extensa discoteca en sus 16 GB de capacidad.
Como buen terminal destinado a la música cuenta con una ranura de minijack de 3,5 mm, pero sí se quiere escuchar su audio “a capela” los resultados tampoco están nada mal. Probablemente sea gracias a los altavoces estéreo integrados con efecto 3D o al potenciador de graves que incluye. Una de las ventajas del terminal es la posibilidad de visualizar vídeos en formato panorámico, gracias a las dimensiones y el ratio de aspecto 16:9. Estos pueden ser grabados mediante su cámara en formato también panorámico (640 x 352) o el tradicional más cuadrado, en 15 o 30fps.
La cámara de 5 megapíxeles proporciona una calidad bastante aceptable, con colores muy vivos e iluminando las escenas nocturnas convenientemente mediantes sus dos LEDs. Se percibe una rapidez mayor mayor que en otros modelos, porque parece que la firma ha mejorado la velocidad de obturación.
La única pega que le hemos encontrado al X6 es la dificultad que a veces supone conectarse a Internet mediante el teléfono. Acceder al 3G con el navegador o a través de alguna aplicación como la predefinida de Facebook (potencia también las redes sociales) no resulta tan sencillo pese a lo que pueda parecer, por sus configuraciones enrevesadas.