En el estudio han participado 216 alumnos y curiosamente han comprobado que el 30% cumplía los mínimos para ser diagnosticados de depresión, teniendo ese mismo porcentaje unos hábitos en Internet diferentes al resto.
Al parecer ir “zappeando” entre pestañas, usar excesivamente los sistemas de compartir archivos y frecuentar los chats o el uso del email podría ser indicaciones.
La razón de este tipo de actividades se debe a que la depresión se asocia con la falta de atención, lo que explicaría el ir pasando de página en página, además de que los pacientes de la misma se sienten solos, por lo que buscan consuelo con la interacción humana a distancia.
Leyendo esto no sé si deprimirme viendo que este comportamiento describe a un alto porcentaje de gente que conozco.
Pero este estudio no sólo busca deprimirnos con datos, también contempla la idea de crear una especie de “alarma de depresión” que analizaría el uso de Internet y avisaría en caso de una conducta similar. O puede que todo este estudio sea una gran patraña para buscar una excusa para espiar a la gente y utilizar nuestros datos para viles y publicitarios propósitos. [LiveScience]
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