Lo primero que tenemos que tener en cuenta es que la teleportación cuántica no consiste en coger algo, que desaparezca y que aparezca instantáneamente en otro lugar. En realidad se trata de entrelazar el estado de dos objetos, como fotones o iones. De esta forma, si el estado de uno de ellos se modifica, el otro también, enviando información a distancia. Obviamente, dicha transmisión de información no se realiza más rápido que la velocidad de la luz.
Hasta ahora se había logrado esta teleportación haciendo pasar los fotones por fibra óptica, hasta una distancia de pocos metros. Pero en este experimento, los fotones fueron enlazados al máximo, tanto espacialmente como su polarización, enviando el que tenía mayor energía por un canal vacío de 16 km de largo. Se toparon con que el fotón que había viajado aún respondía a los cambios de estado que le hacían al otro, a una distancia que no se había conseguido antes.
Consiguieron una fidelidad del 89% en la información teleportada. Es un paso importante, aunque los fotones no son tan fáciles de manipular como los iones, por lo que no son tan aptos para grabar información en ellos. Ahora bien, seamos sinceros: lo que todos queremos es teleportarnos nosotros. Aunque con un 89% bien y el resto mal no estaríamos muy guapos frente al espejo. Si quieres aprender algo más puedes hacerlo aquí, aunque te deseo que entiendas más que yo. —Javier G. Pereda [Ars Technica]
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