Esta nano-fresadora usa calor y presión para poder tallar con su precisión nanométrica, y es bastante rápida: esta tierra tardó, por ejemplo, 2 minutos y 23 segundos en tallarse. Comparable a lo que tardaban las impresoras de casa, de hace de 10 años o más, en imprimir una hoja a color.
El equipo responsable afirma: “las aplicaciones potenciales van desde el prototipado rápido de nanoelectrónica CMOS hasta la creación de prototipos de materiales ópticos y meta-materiales, desde la creación de nanopartículas 3D hasta modelos de formas ajustadas, para el auto-ensamblaje de nano-objetos, como nano-tubos o nano-varillas”.
En pocas palabras, podrá permitir hacer cosas más pequeñas. —Javier G. Pereda [IBM]
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