La idea es sencillamente genial, y esperamos que su diseñador Jayson D’Alessandro lo consiga llevar al mercado. Se trata de una funda con cubierta y que divide la pantalla de la tablet por la mitad. Por un lado una apertura que deja ver y tocar la pantalla normalmente y por otro una especie de panel de lectura Braille.
A diferencia de los paneles normales mecánicos, este panel funciona químicamente. Esta parte de la pantalla genera puntos de luz que, gracias a un montón de cámaras llenas de un gas que reacciona con la luz expandiéndose, crean “bultos” en la superficie.
De esta manera se obtiene una respuesta rápida a lo que se ve en pantalla de manera táctil, aunque claro, sólo con las aplicaciones especialmente diseñadas para el sistema.
Pero bueno, eso dentro de lo que cabe es una ventaja, ya que no me imagino como sería expresar en palabras aplicaciones tan imprescindibles como la que hace ruiditos de sable láser o el infame juego de tirar maniquís por las escaleras. [Yanko Design]
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