Si tenemos en cuenta que la perra Chaser, una border collie bastante espabilada, ha conseguido aprender todo esto gracias a su dueño, el psicólogo Dr. John Pilley, en un periodo de entrenamiendo de 3 años que consistía en enseñarle uno a uno los objetos, jugar a cogerlos y repetir el nombre para reforzar la asociación, deberíamos replantearnos como deberíamos aprender idiomas.
El caso es que para demostrarlo y evaluarlo se han hecho pruebas de manera habitual donde se colocaban 20 objetos al azar y Chaser tenía que traerlos según se los nombraran. En los 838 tests su margen de error era un 10% de los objetos mal identificados como máximo.
Además también se le enseñaron como categorizar objetos, marcarlos con la nariz o la pata e incluso reconocer objetos nuevos, por lo que su vocabulario está mejorando. Así que ya sabéis, si tu profesor te empieza a lanzar cosas y te pide que se las traigas con la boca en realidad lo hace por tu educación.— Dani Burón [New Scientist]
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