Nunca una alfmobrilla dio más juego.
Unas teclas negras y blancas que según las pisas emiten las notas correspondientes, como si se tratase de un piano para Gulliver (sí, nosotros seríamos liliputienses) en que solo puedes elaborar una melodía saltando de tecla en tecla. Lo vimos por primera vez en “Big“, con Tom Hanks y su compañero del colegio disfrutando como enanos en la tienda de juguetes FAO Schwartz de la 5ª Avenida de Nueva York.
Cosas de la vida, en la misma plaza donde se encuentra esa juguetería está la mítica tienda Apple célebre por tener en la entrada ese gran cubo de cristal por el que se accede a los juguetes que tanto te gustan ahora.
Y como en el fondo somos niños grandes, nostálgicos algunos de los juguetes que nunca pudimos tener, aprovecha que hay quien es igual de nostálgico pero además se dedica a fabricar todos estos cachivaches con los que un día soñamos y hoy, con dos clicks y gracias al milagro de Internet puedes disfutar, aunque ya estés hecho todo un carlanco. ─Antonio Rentero [Firebox]
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