Piel electrónica da tacto a los robots, podría restablecerla en humanos
La piel electrónica está hecha a base de germanio y silicio, situados sobre una película de una poliimida pegajosa. El prototipo es de unos 19 cm cuadrados, y detecta presiones entre 0 y 15 kilopascales, rango de presiones aproximado que se produce mientras se teclea o se coge un objeto pequeño.
Ali Javey, miembro del equipo de diseño, explica que un sentido del tacto robótico es crucial para la expansión robótica:
“Los humanos generalmente sabemos cómo coger un frágil huevo sin romperlo. Si queremos robots que puedan ordenar la vajilla, por ejemplo, necesitaremos estar seguros de que no romperá las copas de vino en el proceso. Pero también queremos que el robot pueda agarrar la olla sin que se le caiga”.
Por supuesto, la piel humana tiene unos sensores mucho más sofisticados: frío, calor, dolor y otros. No obstante, una vez se perfeccione un primer prototipo de piel, podrían perfeccionarse e imbuirse en ella otros tipos de sensores, dando a los robots la capacidad de detectar radiactividad o agentes biológicos simplemente por tacto.
Mejor aún: esta piel artificial podría, algún día, restablecer la sensación de tacto en humanos, en zonas donde la han perdido, aunque Zhenan Bao, jefe de investigación, lo ve muy lejano:
“Conectar la piel artificial con el sistema nervioso humano será un trabajo muy difícil. Finalmente, en un futuro muy distante, podríamos hacer una piel artificial que funcionara como la piel humana, ser capaces de conectarla a las células nerviosas del brazo y asi restablecer el tacto. Inicialmente, el prototipo que prevemos sería más como un dispositivo portátil o móvil, o quizá un dispositivo que se conecte a otras partes del cuerpo para tener la sensación de piel. El dispositivo podría generar un pulso que estimulara otras partes de la piel, dando la sensación de que ‘mi mano (artificial) está tocando algo’, por ejemplo.”
Parece que los dispositivos para robots y prótesis humanas cada vez son más parecidos. ¿Cuál será el siguiente? — Javier G. Pereda [Nature Materials; imagen del proyecto E-Skin, distinto al de este artículo]