Estrictamente hablando, estas lámparas no tienen nada de radioactivo, pero tienen todo el aspecto de pertenecer a los restos de Chernóbil o al salón de Homer Simpson. Su nombre es Lightpipes y son un objeto decorativo como cualquier otro. Bueno, como cualquier otro no, porque aparte de dar un aspecto chungo-steampunk apto para ladrillo visto, cuestan un ojo de la cara: 612 dólares (394 euros) cada una de las piezas. Sentirse como un Stalker no tiene precio. [Oh!Gizmo]
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