A parte de que el osito de ejemplo tiene la pinta del primo albino de mimosín atiborrado de barbitúricos, el secreto está en utilizar hilos para controlar sus extremidades ya que aportan una increíble resistencia a la tensión, no llegan a comprimirse realmente y puedes girarlos, doblarlos y retorcerlos sin problemas.
Utilizando múltiples hilos por dentro de brazos y piernas se controlan movimientos en varios ejes y partes, pero lo mejor es que los hilos actúan también como sensores que permiten reconocer los movimientos que les hacemos.
Gracias a todo esto se consigue movimiento y además una respuesta a estímulos, pero el equipo de desarrollo quiere ir más allá y a través de simulaciones con personajes en entornos virtuales quieren programar movimientos que aplicarían a los peluches.
Además quieren introducir más sensores, como cámaras, micrófonos y demás para poder crear al peluche definitivo. Que termine yendo a la cocina y cogiendo un cuchillo jamonero para perseguirte por el pasillo supongo que será cuestión de tiempo. [DigInfo]
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