Ah, el verano. Ya casi lo podemos sentir en la piel cada vez que salimos a la calle y notamos el calor, con los días ya muy largos y el espíritu general de optimista que parece tomar a la gente que se junta en terrazas para disfrutar de un poco de tiempo y aire libre. El verano siempre significó también vacaciones. Hasta que montaste la startup.
Ser emprendedor, tener un negocio incipiente como una startup que requiere que pongamos en él el 150% de nuestro esfuerzo, que le dediquemos todas nuestras horas y pensamientos, parece hacer imposible darse el lujo de tomarse unas semanas libres en verano. Ya lo haremos el año que viene o cuando sea que la startup empiece a volar sola, pero ¿cómo abandonarla ahora? ¡sería como dejar solo a tu bebé e irte de viaje! Excepto que en realidad no es así y cogerse vacaciones podría ser una buena idea:
1. La importancia de (aprender a) desconectar. Uno de los grandes problemas de la sociedad actual es esa necesidad de estar conectado las 24 horas del día durante toda la semana. Los cofundadores de startups llevan esa necesidad todavía un paso más allá: da igual lo que hagan, el negocio nunca sale de su cabeza. Y debería: en la vida hay más cosas, aunque a veces no lo parezca, y pensar en un mismo problema y tema sin parar nunca suele aportar soluciones. Irse de vacaciones de verdad, dejando el smartphone en casa o sin cobertura de datos, provoca esa desconexión forzosa al principio, valorada rápidamente.
2. Buen ejemplo para tu equipo (y buen ambiente). ¿Qué mensaje transmite al equipo de una startup que su fundador nunca se tome ni un día libre? El mensaje de que ellos en realidad tampoco deberían, aunque tengan derecho y aunque se les invite a ello. Lo harán sintiéndose culpables o incluso decidirán quedarse, lo que a la larga hará que se quemen y que el ambiente sea peor. Nada bueno puede salir de ahí.
3. Muestra de confianza. La analogía con el bebé es perfecta aquí: cuando un fundador se va de vacaciones no deja sola a su startup, la deja con el resto de la familia. ¿Confías en sus capacidades para lograr criar a la criatura, mantenerla viva y hacerla crecer? Ese es el mensaje que envías a tus empleados cuando tú también decides tomarte unos días libres para descansar: que confías en ellos lo suficiente como para delegar, algo clave para sentirse valorados.
4. Beneficios para la salud. En realidad este debería ser el primer punto: las vacaciones son buenas para la salud, principalmente porque el no tomárselas es malo. El cansancio, el estrés, las pocas horas de sueño,… El resultado es siempre una caída de las defensas que hace que seas más vulnerable ante virus, por no hablar del efecto que tiene para el cuerpo pasarse el día sentado delante del ordenador. Con vacaciones se ahorra en visitas al fisioterapeuta.
5. La productividad y creatividad se disparan al volver. Lo mejor de tomarse unas vacaciones es que la persona que se reincorpora al trabajo al volver es mucho mejor que la que se fue: se llega con una perspectiva distinta y fresca, con nuevas ideas, con el cuerpo descansado y listo para ponerse de nuevo al 150%, algo que siempre es positivo sobre el negocio. La creatividad y la productividad se dispararán.
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