En principio los japoneses querían dejarlo ahí para que fuera una especie de monumento y recordatorio de la destrucción que se les echó encima. El problema es que a pesar de que ha permanecido allí casi 2 meses, el posible riesgo de derrumbe de la casa que lo soporta ha hecho que finalmente se decidan a quitarlo.
Se trataba del Hama Yuri, un barco de recreo para vistas panorámicas de Otsuchi que pesaba 100 toneladas y que llegó a adentrarse 400 metros en tierra hasta quedar encima de esa casa. Gracias a dos grúas por fin han conseguido bajarlo y lo desmantelarán para reciclar las piezas útiles.
A pesar de que el desastre nuclear se ha llevado casi todo el protagonismo, esto nos hace recordar que a Japón le queda bastante para recupersar y que ahora viene el momento de que sean fuertes para poder reconstruir los destruido.— Dani Burón [AJW Asahi]
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