La historia de Slack es de momento una historia de éxito rápido, de subida constante que no se sabe cuándo ni cómo parará. La app de mensajería instantánea para empresas que pretende acabar con el correo electrónico suma usuarios a ritmo impresionante (pasaron de 750.000 usuarios en abril a más de 1,7 millones en la actualidad) y consigue ir cerrando rondas de financiación con facilidad: llevan ya 340 millones de dólares recaudados y en abril tenían una valoración de 2,8 millones de dólares.
Con estos datos, que la compañía esté pensando en una OPV podría parecer lógico, aunque también algo prematuro. Desde luego no era una de las startups de las que se rumoreaba que podría estar valorando su salida a Bolsa, pero entonces su CEO, Stewart Butterfield, sorprendió a todos esta semana asegurando en una entrevista que en la compañía se estaban preparando precisamente para dar el paso. ¿El truco? Eso no significa que lo vayan a dar.
La idea principal de Butterfield es que Slack esté lista para una hipotética salida a Bolsa si esta de pronto se vuelve inevitable o recomendable. Para ello, quieren dejar listas las cosas y no tener que iniciar todo el proceso cuando llegue la hora, haciendo que pasen los meses y el momento adecuado. “Hemos hecho nuestra primera auditoría externa y puesto en marcha muchos controles y prácticas de seguridad”, aseguró en la entrevista, en la que indicó también que están gastando mucho en “infraestructura de análisis y datos” para poder ofrecer datos de previsiones creíbles.
El proceso es largo y, aunque al final sí se fuese a dar esa OPV, esperarla para 2016 sería demasiado optimista. “Lo más temprano que podríamos salir a Bolsa, si todo saliera bien, sería en 18 meses”, indicó Butterfield. Es decir, habría que esperar a 2017. Todo eso, claro, si de verdad salen al parqué, algo que en realidad no parece que quieran hacer.
El CEO de Slack se explicó algo más en declaraciones a TechCrunch. ¿Quieren o no quieren salir a Bolsa llegado el momento? No se moja. “Estamos intentando gestionar la compañía de forma que fuésemos a estar preparados para ser públicos cuando sea que estamos listos. Eso no significa que tengamos la intención, queramos o necesitamos serlo dentro de poco”. La estrategia, en realidad, es simplemente una especie de “curso de autodefensa para estar preparados para cualquier eventualidad”.
De hecho, de momento no ve que necesiten realizar esa OPV, ya que tienen bastante capital todavía sin gastar: los 340 millones recaudados están casi completos, por lo que salir al parqué para conseguir liquidez no es algo que necesiten.
Otra opción que Butterfield no descarta es no tener que salir a Bolsa por ser comprados por otra compañía. El CEO de Slack sigue sin dejar las cosas claras, pero también sin cerrar puertas, explicando que han recibido ofertas para ver si estarían interesados en una venta. “De momento no hemos estado interesados”, asegura. ¿En el futuro? Quién sabe.
Lo que está claro es que en Slack son conscientes de que están creciendo a muy buen ritmo y que necesitan estar preparados para cualquier imprevisto o situación que aparezca en el futuro. ¿Que de pronto necesitan o deben salir a Bolsa? Tendrán el grueso del trabajo ya hecho y les costará menos tiempo, dinero y esfuerzos.
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