¿Cómo fomentar el ecosistema emprendedor en nuestro país? Era la pregunta que se planteaba esta mañana en una de las mesas redondas que continuaban a la inauguración del Salón Mi Empresa, dedicado a emprendedores y pymes y celebrado en el Palacio de Deportes de Madrid.
Las propuestas han sido muchas y variadas, desde hacer un tax-free para gente que cree negocios, pasando por crear un visado “que discrimine el talento y el no talento” hasta ayudar a los bancos a que vuelva a fluir el crédito.
Lo que está claro es que dado el momento de crisis en el que vivimos, la administración va a ser bastante cuidadosa a la hora de dar subvenciones, reduciendo el poco dinero público que ya llegaba a los emprendedores. “En este país estamos abonados a las subvenciones. Hay que ir cambiando esa mentalidad y emanciparnos de ellas, acostumbrarnos a que no siempre podremos disfrutar de ellas, como no siempre podemos vivir en casa de nuestros padres”, explica Joaquín Velázquez, subdirector general de Emprendedores de la Comunidad de Madrid.
“En EE.UU a los que tienen subvenciones no les llaman empresarios. Un buen proyecto lo es por sí solo, no por tener una subvención. Las administaciones públicas deben ayudar en lo que se pueda, pero quizás ese impulso pase más por abrir el camino a los emprendedores a redes comerciales”, matiza Velázquez.
Para Iñaki Ortega, gerente de la iniciativa Madrid Emprende, del Ayuntamiento de Madrid, la clave es “sanear el sistema que tenemos en España. Todos sabemos que es difícil obtener un crédito, pero para eso hay que generar ingresos y tener clientes”.
Durante el coloquio también se ha hablado de esos emprendedores que ya no son tan jóvenes y con la falta de ayudas para esa horquilla de entre los 35 y 45 años. Ortega explica que se trata de profesionales muy importantes, porque son gente “que a pesar de que ha podido fallar muchas veces, lo sigue intentando, tienen mucha capacidad para caerse y levantarse”.
Velázquez por su parte, ha querido dejar claro que emprender no es algo que vaya con una edad concreta ni que deba hacerse antes de un período a riesgo de que se le pase a uno el arroz. “No hay edad para emprender. Lo que hay es edad mental. Mucha gente de 35 o 40 años está buscando el queso que han perdido y hay que mostrarles que quizás haya otro queso. Yo he emprendido sin recursos, marchándome al extranjero y sin saber idiomas. Lo importante es tener iniciativa y alguien que te apoye. Solo hay que buscar clientes”, comenta el responsable del área de Emprendedores de la Comunidad de Madrid.
Diego Del Alcázar Benjumea, fundador de Step Up Capital y cofundador de MoveON cree que este tipo de profesionales siempre pueden servir de apoyo a emprendedores más jóvenes que estén empezando y pueden encajar en otras start-ups para “aportar su experiencia”.
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