Puntos suspensivos
El sabor amargo que ha dejado la Cumbre de Túnez se ha originado tanto por la obviedad de los asuntos tratados como por la escasa definición de los proyectos TIC del futuro.
El encuentro internacional sobre la Sociedad de la Información ha cerrado filas, a pesar de no haber contado con la atención que merecía, aparentemente con un nivel de compromiso de categoría. El objetivo, por tanto, no deja de ser auspicioso aunque por razones obvias se veía venir: otro cantar será el de ponerlo en práctica en las circunstancias debidas.
En teoría, y sobre el papel, el grado de concordancia planetario al que se ha llegado se resume en una serie de claves que, como definirían los más escépticos, poco tienen de misterio.
Las conclusiones finales son simples y sencillas al máximo. De hecho, y sirva como muestra, el respeto a la declaración universal de los derechos humanos resulta ser una de las piedras angulares del documento de Túnez. Esto es, “todos los pueblos del mundo pueden consultar, utilizar y compartir la información”, alegato convincente para aquel algún individuo del siglo XXI que albergue dudas al respecto.
Otra perla decisiva de la futura Sociedad de la Información baila al ritmo de la libertad de expresión, “directa impulsora del desarrollo del Milenio” y, por supuesto, en torno al propósito de reducir esa brecha digital hoy por hoy de carácter imparable.
Así pues, y a pesar de que en tamaña reunión no se ha descubierto América ni nada parecido, sí hay que destacar el reconocimiento que se ha otorgado a las TIC en cuanto a intercambio de las bases del conocimiento humano. Pauta de obligada reflexión en un mundo cada día más inmediato, interactivo y digital.
Además, un asunto sobre el que no importa incidir de nuevo es el énfasis con el que se ha rodeado el hecho de que todos los países del planeta puedan disponer de un acceso equitativo a las tecnologías de la información.
Bonitas palabras que, como de costumbre, no sabemos cuándo se harán realidad, al igual que con el proceso de integración de la mujer en la nueva era y la ayuda a las naciones en desarrollo. Los resultados, por ahora, en puntos suspensivos.