La batalla diplomática de esta semana enfrentó a Estados Unidos y China con dos empresas como centro de las disputas: ZTE y Huawei que, según un informe del House Intelligence Committee estadounidense, suponen una amenaza para la seguridad nacional por sus contactos con el Partido Comunista Chino. Desde entonces, las reacciones no han hecho más que sucederse.
Por un lado, los propios acusados, que han negado todas las acusaciones del informe que además aconseja a las compañías estadounidenses no hacer negocios con ellas. “No estamos controlados por el Gobierno chino”, repitieron una y otra vez. Pero entonces llegaron muchas declaraciones de distintos agentes que habían notado “comportamientos sospechosos” en Huawei y ZTE. Eso sí, muchas de las acusaciones llegaban desde rivales estadounidenses como Cisco, que no tardó en anunciar que cortaban toda relación con ellos.
Poco después llegó la reacción del propio Gobierno chino. Era Shen Danyang, portavoz del ministerio de Comercio del gigante asiático, quien calificaba de “falsas” y basadas en “suposiciones subjetivas” las acusaciones del informe, e indicaba que esperaba que Estados Unidos cambiase su actitud hacia las compañías chinas para poder crear “un entorno de mercado justo” para ambos países.
¿Sería salir de Estados Unidos el fin de ZTE y Huawei?
La siguiente pregunta es qué pasaría si finalmente Estados Unidos logra echar del país a Huawei y a ZTE. ¿Cuál sería el daño real para ambas empresas? Un vistazo a sus datos deja ver que el daño existiría, pero sería mínimo, ya que Estados Unidos no es ni de lejos el mercado más importante o de mayor crecimiento en el que están en la actualidad.
Si bien tanto ZTE como Huawei consiguen la mayor parte de sus ingresos fuera de China (el 67% de las ventas en Huawei y el 54% en ZTE), lo cierto es que Estados Unidos es de momento una parte muy pequeña de la ecuación: supone tan solo el 4% de los ingresos de Huawei, mientras que menos de un quinto de los ingresos y beneficios de ZTE vienen de Europa, Estados Unidos y Australia juntos.
¿Dónde está el negocio entonces? En los mercados emergentes, lugares en los que además el crecimiento es más rápido. Mientras que, según datos de IDC, los gastos en telecomunicaciones crecerán un 3,8% en Norteamérica entre 2011 y 2016, en Asia Pacífico el crecimiento será del 4,4%.
Ambas compañías cuentan además con la ventaja de haber logrado ser mucho más baratos que sus competidores (según el experto en infraestructura de telecomunicaciones Akshay Sharma, Huawei puede ser hasta un 50% más barato), por lo que, incluso siendo eliminados de Estados Unidos y quizá de Canadá (también han expresado su preocupación), no parece que les vaya a ir mal. De momento, eso sí, habrá que esperar. La guerra diplomática promete tener más episodios.
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