Duke Nukem Forever es un caso clásico de muerte por éxito. Y, además, es una frustración para cualquiera que, como yo, estuvo enganchado hace más de una década al Duke Nukem 3D, un shooter 3D que se adelantó a su tiempo con detalles gráficos que la competencia tardó años en incorporar y una jugabilidad que era como una inyección de adrenalina. Tanto éxito tuvo que Duke Nukem Forever se desarrolló durante 12 años pero jamás vio la luz. Y parece que no lo hará porque, al final, se les acabó la pasta. Un artículo de Wired abunda en las razones del fiasco. En su centro, el copropietario de 3D Realms y programador George Broussard, que fue cambiando constantemente de engine y dilató el desarrollo hasta que se hizo imposible. Una verdadera pena. Si sois de la quinta de los que se sumergieron en Duke Nukem 3D, no os perdáis el interesante artículo de Wired en el enlace. — Rafa M. Claudín [Wired]
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