El fabricante es Matias (no es nombre propio, sino que la empresa se llama así) y tiene el aspecto y el tacto de un teclado qwerty mecánico tradicional. Pero en el apartado sonoro es cuando empezamos a notar una diferencia esencial. De hecho no notamos nada precisamente por la ausencia del esperado ruido.
El material que une las teclas con la membrana inferior prescinde de lo que encontraríamos en cualquier teclado mecánico y por eso la acción de aporrear las letras queda sumida en un silencio pacífico y relajante. A cambio de un precio quizá no demasiado módico ($150) que puede hacerte pensar si realmente merece la pena. Creemos que sí, que tu salud auditiva e incluso mental (y la de quienes te rodean) merece la pena. ─[Matias]
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