A principios de 2005 todos los países europeos deberán trasponer a su
legislación nacional la normativa que obliga a las compañías fabricantes
de equipos electrónicos participar en el reciclaje de los productos.
Panasonic ya ha comenzado a realizar un estudio con la intención de contemplar
las posibles opciones que adoptarán a partir del próximo año. Una de las
opciones es que el precio del reciclaje repercuta en el usuario.
Sean cuales sean las medidas que finalmente adopten las empresas deberán
ser muy cuidadosas. El mercado de ordenadores, por ejemplo, mantiene un
equilibrio delicado de precios en todos sus componentes para poder
competir. Además, la dinámica agresiva de precios y la aparición de
nuevos productos periódicamente ponen al usuario contra la espada y la
pared.
Sin embargo, la legislación tiene su razón de ser. La
basura electrónica ocupa cada vez más espacio y lo breves ciclos de vida
de los aparatos hacen que se vaya acumulando a una velocidad alarmante.
Confiamos en que nadie salga perdiendo debido a esta situación, por lo que en
los próximos meses esperamos ver soluciones.
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