La idea es tan sencilla y simple de fabricar, que parece mentira que todavía no esté implementada en todos los ordenadores, portátiles, tablets y smartphones que existan. Consiste únicamente en dos discos de níquel conectados a una pieza cerámica piezoeléctrica.
Al pasar corriente alterna por ella, se produce un efecto fuelle accionado por la expansión y contracción de la misma hasta 150 veces por segundo, llevando a los discos de níquel a juntarse o alejarse.
La refrigeración se consigue absorbiendo aire caliente y luego expulsándolo a alta velocidad. Como no hay rodamientos ni un motor de corriente continua, esto hace que estos fuelles de tan sólo 3 milímetros de espesor sean muy eficientes, consumiendo muy poco y no haciendo apenas ruido.
Originalmente se usaron para refrigerar turbinas de reacción, pero ya han comprobado que se puede usar perfectamente en un portátil, modificando uno que funcionó sin problemas sin hacerle apenas cambios. Les bastó con quitar los ventiladores y poner los fuelles, listo.
El resultado fue que se consiguió una mayor duración de la batería, con un ruido inapreciable y un ahorro considerable de espacio.
Esperemos que los fabricantes se animen a incluir este sistema de refrigeración y que alguien cree módulos compatibles para modificar los equipos existentes. Claro que, gracias a las maravillosas patentes puede que pase bastante tiempo. [Gizmag]
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