Reservoir Dogs
Acción sin límites en un juego tan descarnado como el film en el que se basa.
Resulta curioso que más de una década después aparezca esta versión interactiva de la ópera prima de Tarantino (estrenada en 1992). El videojuego nos mete en la piel de todos sus personajes y nos descubre cosas que en el film sólo se esbozaban. Además, se mantienen sus principales señas de identidad: la extrema violencia, los magníficos (y explícitos) diálogos y una banda sonora excepcional.
El juego se desarrolla entre 10 misiones a pie y seis en coche en donde deberemos movernos según nuestro criterio, pudiendo en las primeras optar por “disparar primero y preguntar después” o bien tratar de mantener nuestro currículo limpio de sangre; para ellos contamos con la posibilidad de tomar rehenes y, gracias a ellos, hacer que la policía deponga las armas y nos deje vía libre. De acuerdo con esto, nuestra actuación final quedará en algún lugar de la escala entre “maníaco” y “profesional”. En la fase de conducción el estilo es totalmente arcade y predomina la velocidad pura y dura aunque también tendremos la oportunidad de apretar el gatillo; además, tampoco queremos olvidarnos de detalles como el “festival de tiros” que tratan de acercar el juego al estilo Matrix.
Lástima que todo esto no vaya acompañado por un apartado gráfico a la altura, convirtiéndose en uno de los puntos negros del juego (sólo destacan algunos efectos de luz). Pero lo peor es la escasa, sino nula, optimización de que hace gala y que obliga a utilizar un PC muchísimo más potente que el declarado. En cualquier caso, resulta entretenido.
Óscar Condés Molinero