Desde que Lee Kun-hee tuvo un infarto en 2014, el magnate coreano ha pasado el control efectivo de Samsung a sus hijos. Ante el temor de los elevados costes que supondría la herencia y el gran impacto que podría significar para Samsung, el grupo empresarial ha estado realizando importantes reestructuraciones y consolidando sus activos en una compañía controlada por Jay Y. Lee y sus hermanas.
Según el Seoul Economic Daily, Samsung Electronics está considerando ahora la opción de dividirse en dos empresas, una operación que ya propuso en su momento el fondo estadounidense Elliott Management. De hecho, la junta directiva de Samsung tiene pensado reunirse para responder justamente a esa propuesta.
En dicha propuesta, la idea sería dividir Samsung Electronics por un lado en una empresa que permita llevar a cabo sus planes de transición de propiedad, y por otro lado en una compañía operativa, que se pague un dividendo especial de 26.000 millones de dólares, se comprometa a devolver el 75% del flujo de caja libre a los inversores y nombrar algunos directores independientes.
No se sabe si la familia Lee accederá a esta propuesta de división de Samsung Electronics, sobre todo teniendo en cuenta su postura de no querer perder el control del grupo empresarial, pero también de reducir la presión fiscal de la sucesión.
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