Llega la Navidad y con ella los discursos llenos de buenas intenciones y de búsqueda del amor universal. A Samsung parece haberle calado hondo y esta semana, imbuido en espíritu navideño, le hizo a Apple una inesperada ofrenda de paz: Samsung retiraba sus solicitudes de prohibición contra productos de Apple en Europa. ¿Significa esto el principio del fin de una de las guerras más largas y cruentas de la tecnología? Hay algunas razones para la esperanza.
La decisión de Samsung llegó justo un día después de una pequeña victoria en los tribunales en Estados Unidos, donde se desestimó la petición de Apple de prohibir algunos productos de Samsung. ¿Por qué Samsung contestó con una bandera blanca? ¿Qué espera obtener a cambio? ¿Negociarán por fin ambas compañías con algún tipo de resultado positivo? ¿Solucionarán sus problemas con acuerdos fuera de los tribunales? ¿Rebajará Apple a Samsung la multa de 1.000 millones de dólares que se le impuso tras perder el juicio este verano en Estados Unidos?
Una de las razones que apuntan hacia una posible paz entre ambas compañías es el hecho de que Apple ya haya enterrado el hacha de guerra con HTC. Todos los problemas de patentes que tiene Apple con los fabricantes son en realidad problemas con Android y Google, por lo que si en el caso de HTC han podido alcanzar un acuerdo, ¿por qué no contra Samsung? El propio Tim Cook dijo en su momento que no le interesaba demasiado tener a la compañía metida en litigios todo el rato.
Los que no quieren la paz: Microsoft y RIM
Pero no todos ven con buenos ojos esa posible paz entre Apple y Samsung: los otros jugadores del mundo de los sistemas operativos móviles se aprovechaban un poco de los problemas de Android, sabiendo que algunos fabricantes podrían estar más interesados en BlackBerry 10 o en Windows Phone para tener dispositivos fuera de la guerra contra Apple. Ahora no solo tendrán que competir contra ellos, sino que además los fabricantes podrían ir perdiendo el interés.
No obstante, a pesar de las señales de paz, cuesta creer que esta pueda llegar. Hasta esta semana todo parecía seguir apuntando hacia la guerra eterna: Apple quería subir la multa de Samsung y prohibir varios de sus productos, Samsung quería que se repitiese el juicio en Estados Unidos asegurando que uno de los miembros del jurado podía haber sido parcial… Y Lucy Koh, mientras, se tiraba de los pelos.
En una de las últimas vistas del caso hace unas semanas la jueza Lucy Koh hacía un llamamiento hacia la “paz global” en el mundo de la tecnología. Era lo único que quería, aseguraba, y parece que es lo que ha pedido este año por Navidad. Y, en un inesperado giro de los acontecimientos, podría encontrarse esa pipa de la paz con los nombres de Apple y Samsung debajo del árbol. ¿Será cierto o tan solo una falsa alarma?
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