El caso es que justo cuando el hombre terminó de introducir su código PIN en un cajero de París, dos veinteañeras se acercaron a él y le mostraron toda su pechonalidad. El hombre embobado no se dio cuenta de que una de ellas aprovechó la distracción para sacar 300 euros de su cuenta rápidamente.
Las dos huyeron con el botín, no sin antes haber sido grabadas por la cámara de seguridad del cajero pero no han podido ser identificadas, probablemente porque todavía no han conseguido que ningún policía se fije únicamente en sus caras.
La policía francesa está buscando a las malhechoras que probablemente hayan huido con los 300 euros a alguna playa española donde se habrán liberado nuevamente de sus ropajes para confundirse con la multitud en topless al más puro estilo del protagonista del Assassins’s Creed con un grupo de monjes.
Personalmente prefiero tener que buscar a este tipo de criminales, aunque ya puestos casi que preferiría tener que preparar la rueda de reconocimiento…— :Dani Burón [Telegraph]
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