Ignoramos si el mensaje fue elaborado o si por el contrario fue “t djo”.
La mujer, de la ciudad occidental de Madina, quiso divorciarse del marido, y preguntó al tribunal si era lícito que se llevara a cabo el proceso, de “muto acuerdo“, con el consentimiento del marido a través de ese SMS.
El marido contó al juzgado que envió el mensaje tras una discusión con su mujer, pero que eso no significaba que quisiera divorciarse de ella.
Vamos, tristemente típico, como en esta recreación:
-Marido: “Eres una blablabla, me tienes harto!”
-Mujer: “¡Y tú un blebleble, no hay quien te aguante!”
-Marido: “¿Ah, sí? ¡Pues a lo mejor me largo!”
-Mujer: “¡Me gustaría verlo!”
Y el marido, enfadado, le envía un mensaje diciendo que fin de la historia, en caliente.
Tras ello, la mujer se fue al tribunal, y el juzgado decidió que bajo el Islam ese mensaje contaba para la petición de divorcio.
¿En qué otros sitios contará un mensaje de forma oficial para ese juzgado? ¿Escrito en una servilleta? ¿Tatuado en el brazo? ¿Formado con fichas de lego? ¿En una tarta con crema pastelera? ¿En morse, en binario? — Javier G. Pereda [Emirates24|7]
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