Se trata de un pequeño sensor del tamaño de un grano de sal que se puede incluir en una pastilla u otro tipo de medicamento, por lo que puedes comértelo y una vez que llegue al estómago los fluidos del mismo consiguen por medio de una reacción que tenga energía.
Un receptor colocado en un parche que se coloca en el estómago recibe los datos biométricos, como el pulso, la actividad y por supuesto la ingesta de los medicamentos. Los datos se envían luego al móvil inalámbricamente que muestra los datos, los registra y los permite enviar a tu médico automáticamente.
Pero todavía no han dicho el coste añadido que tendría incluir este sistema a los medicamentos, ni si podría ser utilizado por cualquier marca, incluyendo los genéricos, o sólo podrán acceder al mismo a través de estratosféricos acuerdos comerciales.
Aunque yo iría más lejos que esta gente y no sólo pondría un sensor a las pastillas, les pondría patitas para que pudieran lanzarse directamente a tu boca sin que tuvieras que hacer absolutamente nada, al más puro estilo de los mini Ash malvados en El Ejército de las Tinieblas. [CBS News]
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