Las dificultades económicas llevaron a Sharp, una de las principales empresas de Japón, y destacado fabricante de pantallas, a tener que buscar una solución que hace años habría sido impensable, la compra por parte de Foxconn. El gobierno japonés intentó evitarlo a través de su propio fondo INCJ, pero la oferta no podía superar a la que Foxconn puso sobre la mesa.
Con la compra se solucionaron los problemas económicos de Sharp, pero no eran los únicos, ya que se espera que para el año que viene haya una gran transición por parte de los fabricantes de smartphones a las pantallas OLED, liderados por Apple, el principal cliente de Sharp, y que habría acudido a Samsung para conseguir las pantallas del próximo iPhone.
Conscientes de la situación, la empresa ha anunciado su plan para tratar de no quedarse atrás en el sector de las pantallas, un plan de inversión de 570 millones de dólares para la tecnología OLED que, entre otras cosas, invertirá en líneas piloto de producción de OLED en Osaka y Mie, que empezarían a funcionar entre abril y junio de 2018.
Junto a Sharp, Japan Display es uno de los grandes fabricantes de pantallas LCD del mundo, y Sharp podría plantearse una colaboración para tratar de hacer frente a los fabricantes coreanos LG y Samsung, con inversiones de 10 billones y 4 billones de won respectivamente para aumentar la producción OLED.
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