Según varias fuentes, ambas compañías invertirían en conjunto unos 378 millones de dólares, con los que no se “salvaría desinteresadamente” a Sharp, sino que sería un movimiento estratégico.
Sharp es el mayor fabricante de pantallas LCD de Japón, además de que ha desarrollado tecnologías muy interesantes como LTPS e IGZO, y ha apostado por las pantallas de smartphone de 5″ 1080p con densidad 443 ppi.
Algunos creían que Samsung iba a interesarse de su posición aventajada para hacerse con gran parte de la compañía, sobre todo con sus problemas para producir pantallas OLED con dichas características, pero Samsung quiere enfocarse únicamente con su tecnología de pantallas.
Ante esto, a Intel y Qualcomm les interesa asegurar las cadenas de suministro de pantallas para ultrabooks y smartphones, que luego puedan usar sus procesadores.
Nos alegra que Sharp no se vaya a tomar viento fresco, sobre todo con la situación en Japón, pero esperemos que esta inversión no haga “incompatibles” las pantallas de Sharp con procesadores de otras compañías. [TheInquirer]
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