El vídeo está en inglés, pero debajo resumo lo más importante:
El dispositivo táctil se basa en la propagación de ondas acústicas por nuestro cuerpo. Como podéis ver, al pulsar en diferentes partes de nuestro brazo se propagan diferentes ondas, similares a las que hay en la superficie del agua, o en la barriga de Homer Simpson. A partir de ahí, el aparato detecta la intensidad y otras magnitudes de dicha onda, y es capaz de conocer el lugar en el que se ha pulsado.
En cuanto a la proyección, se usan “pico-proyectores” situados en un segmento del cuerpo anterior a la superficie a proyectar, es decir, que si se quiere proyectar imágenes en el antebrazo el pico-proyector se sitúa en el brazo.
Para los más curiosos, aquí podéis ver su funcionamiento más a fondo. Ahora me pregunto: ¿Qué pasa con aquellos a los que nos faltan o sobran unos kilitos? ¿Las ondas se propagarán igual? Y lo más importante: ¿Acabará nuestro antebrazo con la misma cantidad de porquería que las pantallas táctiles o los teclados? — Javier G. Pereda [New Scientist]
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