Es curioso que el diseñador de Smash hable de la deformación del despertador, fruto del mamporro que hay que darle para que se apague, como “señal del uso individual diario”. En lugar de hablar de lo que importa. Porque, a todas luces, lo mejor de este concepto es que te permite culpar al gadget, y descargar catárticamente tu ira sobre él, de tu resaca, de tu falta de sueño o de la maldita jornada de trabajo que te espera. Hoy lunes, por ejemplo. Al parecer sólo es un diseño por el momento, pero si algún día se pone a la venta, me lo pillo seguro. — Rafa M. Claudín [Oh!Gizmo]
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