Fue el ingeniero Neil Papworth el que desde su ordenador de la compañía tecnológica Sema envió un SMS a un dispositivo Orbitel 901 con una nueva implementación de software que permitía recibir este nuevo servicio. Hoy día perdemos la cuenta minuto a minuto de la cantidad de mensajes que se mandan.
La brevedad de estos mensajes fue una de las características que le permitieron popularizarse tanto y tan rápidamente pero no fue una decisión comercial inicialmente si no más bien técnica. Se necesitaba que estos mensajes cupieran dentro de los espacios de información que dejaba la telefonía móvil tradicional pero no se podía implementar una nueva frecuencia par ello ya que eso haría incompatibles a todos los terminales existentes.
Es por ello que inicialmente se limitó a 128 bytes la cantidad de datos que se podían enviar mediante este método quedando finalmente en los 140 bytes actuales, 160 caracteres. Este logro permitió que todos los terminales de la época, con una simple actualización de software, pudieran utilizar este nuevo servicio, lo que facilitó aún más su rápida proliferación y su intensivo uso.
Hace tiempo que debido a la gran capacidad de las nuevas redes de datos inalámbricas este tipo de servicio está cayendo en desuso pero seguro que seguirá por mucho tiempo presente en los viejos y nuevos terminales que compremos. [Temas del día]
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