La demanda, interpuesta en San Francisco, acusa a la compañía de contravenir su contrato de venta con los usuarios de los antiguos sistemas PlayStation 3, o PS3, al haber deshabilitado, en una reciente actualización de firmware, la capacidad de ejecutar Linux en una partición de la consola.
Además de los entusiastas seguidores del sistema operativo de código abierto, han sido los investigadores quienes han visto las posibilidades de ‘multi-threadig’ del procesador Cell incorporado en la consola de Sony.
La compañía se ha defendido afirmando que se crean agujeros de seguridad que dejan a la consola bajo riesgo de sufrir un ataque. La capacidad inicial de instalar Linux en una partición se ha eliminado de las nuevas versiones de la consola, pero además se ha bloqueado en las antiguas a través de una actualización de firmware publicado el 1 de abril.
Los demandantes aseguran que esta decisión les impide disfrutar de una característica que Sony habían estado utilizando como un reclamo para la venta de su consola.
Los usuarios denunciaban que la compañía los había rastreado incluso cuando usaban el modo privado…
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