Con un diámetro de 20 cm, la estructura de forma esférica mantiene las partes móviles dentro, con lo cual es muy raro que termines dándole a algo con las aspas, aunque claro, todo es ponerse, y si metes la mano a lo Flash Gordon lo mismo no sales indemne.
Pero quizás lo mejor es que esa estructura externa lo convierte en una especie de pelota, que a pesar de los golpes caerá siempre a salvo en el suelo, donde rodará para colocarse automáticamente en la posición de despegue gracias a su distribución del peso y base aplanada.
El mando de control va por infrarrojos y usa 6 pilas AA, sirviendo además de estación de carga de la bolacóptero. Su precio es de unos 80 dólares, aunque piensa que además de ser más seguro, lo puedes usar de bola Quidditch hiperdesarrollada o para emular las escenas eternas e imposibles de disparos a puerta en Oliver & Benji. [Tech-On]
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