El streaming empieza a rentar a las discográficas independientes
La agencia de derechos digitales Merlin, que agrupa a 20.000 sellos independientes, distribuyó entre sus afiliados 353.000 millones de dólares en el último año.
Aunque Sony, Warner y Universal Music Group son las discográficas de referencia cuando hablamos de la industria musical, existe toda una constelación de sellos independientes, cuyos artistas emergentes o consagrados también suponen una parte del mercado de la música. Y que también quieren una parte del pastel del streaming, mínima parte hasta ahora.
Pero algo parece estar cambiando. La agencia de derechos digitales Merlin, que agrupa a numerosos sellos indies, distribuyó entre sus afiliados ingresos por valor de 353.000 millones de dólares en el último año, lo que representa el 64% de los ingresos totales de sus clientes. Eso es un aumento del 18% respecto a los ingresos del año pasado, informa TNW.
De los encuestados por Merlin en 2017, el 39% señala que la música digital representa al menos el 75% de sus ingresos. Eso indica que los ingresos de la música digital están aumentando frente a los malos tiempos en los que los servicios de streaming como Spotify y Pandora prácticamente no pagaban a los artistas.
Merlin representa a más de 20.000 sellos discográficos independientes, lo que significa un 12% del mercado. Esa es la parte más grande de la industria musical, exceptuando a las tres grandes.
La mala noticia es que los servicios de video mostraron un crecimiento de ingresos insignificante. La mitad de los encuestados informó de que menos del 5% sus ingresos digitales provenían de YouTube o servicios similares, a pesar de que las plataformas de video tienen 10 veces más usuarios que las que solo transmiten audio en streaming.
Según el presidente ejecutivo de Merlin, Charles Caldas, “el único paso relativo hacia atrás es el bajo rendimiento de toda la industria de videostreaming. Si podemos abordar esta anomalía del mercado, entonces la subida del negocio sería enorme”. Estos bajos ingresos se deberían a que plataformas de vídeo online como YouTube utilizan las lagunas de la Digital Millennium Copyright Act (DMCA) para no pagar a los sellos independientes de la misma manera que sí hacen las plataformas coo Spotify.