El grupo de investiagación liderado por Yen Hsun Su en la Universidad nacional Cheng Kung ha conseguido crear bio-LEDs sintetizando nanopartículas de oro con la forma de erizos de mar e introduciéndolas por difusión en plantas Bacopa Caroliana.
Gracias a esto se induce a la clorofila de las hojas a emitir luz roja. Pero no sólo esto, también consigue que las plantas absorban más CO2. De esta manera no reducirían el consumo energético y tanto la generación de polución como la existente, conseguiendo además abaratar el coste de las instalaciones urbanas.
El problema es que todavía no ofrecen mucha luminosidad pero están seguros de que podrán optimizarlo hasta que llegue a ser un opción viable en el futuro. Parece una respuesta a la luz en las ciudades pero me genera varias dudas… ¿terminarán los árboles cobrando vida a lo Ent? ¿Qué te pasará si te comes el fruto de un árbol gusiluz? ¿Cómo se apaga un árbol? Y lo más importante ¿dónde habrá sombra en los parques del futuro?— Dani Burón [RSC Publishing]
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