En el caso que nos ocupa, el agua no es el “combustible” de nuestro reloj si no meramente un conductor de electricidad. Es decir, el funcionamiento de este reloj no es semejante al de una central hidroeléctrica ya que el agua no está en movimiento.
En el interior del reloj hay dos plaquitas metálicas, una de Zinc con exceso de cargas negativas y otra de Cobre con escasez de las mismas. Bien, pues aquí está el invento. Las cargas excesivas del Zinc tienden a ir hacia el cobre pero para ello necesitan un medio conductor, el agua. Y voilá, ya tenemos un mínimo de corriente eléctrica, pero suficiente para hacer funcionar nuestro despertador.
En todo esto hay un matiz importante, este agua no puede ser pura, ya que necesita de cierta cantidad de sales minerales para conducir electricidad. En el colegio quizá realizaste el mismo experimento con una patata, pero siempre es mucho más glamuroso que funcione con agua. [Cola-Cao]
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