Según su diseñador Duck Young Kong, el termómetro Lunar Baby “elimina la necesidad de insertar un objeto externo mientras se mantiene al niño quieto”, pues utiliza “el comportamiento común y natural de poner tu mano en la frente para medir el calor interno del cuerpo”. Buena idea, hasta que alguien te dice que quizá la frente no sea el mejor lugar para medir la temperatura. De hecho, para un niño de menos de 3 meses, el mejor lugar es la axila, mientras para niños de más de 4 ó 5 años, el mejor es la boca. Y de tres meses hasta esos 4 ó 5 años, el mejor lugar es… el ano. Cuestiones técnicas apartes, el diseño es chulo, tiene hasta una luz LED y un sonidito cuando ha terminado su trabajo. [Yanko Design]
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