Siendo más escrupulosos con el uso preciso del lenguaje cabría hablar no tanto de coches voladores como de aviones rodantes.
En realidad más que automóviles capaces de salir volando gracias a unas alas que salen de algún sitio de su carrocería, estos ingenios son más bien aeroplanos que una vez en tierra firme pliegan alas y/o hélices y pueden circular por carreteras convencionales en medio del tráfico rodado. De hecho como en el caso que nos ocupa funciona con gasolina sin plomo es ideal para acercarte a la gasolinera más cercana a reponer combustible.
En este sentido su depósito tiene una capacidad de 87 litros y el consumo en vuelo es de unos 20 litros por hora (a velocidad de crucero de unos 170 km/h) mientras que en carretera no es demasiado económico (debido probablemente a la pérdida de penetración aerodinámica de las alas plegadas) consumiendo algo más de unos 8 litros/100 kms
El Terrafugia Transition durante su primer vuelo de prueba estuvo 8 minutos en el aire y alcanzó unos 425 metros de altitud. Las últimas noticias que habíamos tenido de este ingenio datan del verano pasado, cuando la autoridad nacional USA para la seguridad vial había permitido el empleo de ventanillas de policarbonato (en lugar del cristal laminado habitual de los automóviles) y ruedas especiales. También se ha obviado los 50 kilos de exceso de peso que le obligarían a estar clasificado como Aeronave Deportiva Ligera para la administración aérea de los Estados Unidos de América.
Con estos beneplácitos estaría previsto que se inicie la producción antes de que acabe este año 2012 comercializándose con un precio en torno a 195.000 €. El público al que está destinado principalmente el Terrafugia es aquel que reside en zonas aisladas a las que no resulta sencillo llegar por medios de locomoción terrestre y que se comunican mediante avión, barcos, ferrys…
No es el único vehículo que recientemente ha cumplimentado exitosamente sus vuelos de prueba. El PAL-V (acrónimo en inglés de Vehículo Personal Aéreo y Terrestre) de fabricación holandesa también lo ha conseguido. Al parecer es tremendamente sencillo de manejar, sólo haría falta un curso de unas 20/30 horas para conseguirlo, pero aún no hay planes para comercializarlo. En este caso más que tomar como modelo el avión ha sido el autogiro, invento del murciano Juan de la Cierva que prescinde de las alas y fía su sustentación en una hélice superior de giro libre por la acción del viento relativo mientras que se propulsa gracias a otra hélice posterior.
Quizá el hecho de que sea ahora y no hace una década larga cuando más cerca estemos de ver estos vehículos sobrevolar nuestras cabezas se deba a los recientes avances en la ciencia de materiales. Hace 50 años la fibra de carbono no existía. El Terrafugia pesa menos de 450 kilos y un automóvil moderno (sin alas) ya pesa más del doble. ─[Extremetech]
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