Toshiba escindirá su división de chips de memoria para hacer frente a las pérdidas

Tras el escándalo en la contabilidad desvelado en 2015 y las posteriores medidas de mejora en la gestión y de transparencia, Toshiba parecía haber enderezado el rumbo. Pero la sensación ha durado bien poco. A finales del año pasado se conocían las dificultades que el negocio nuclear en Estados Unidos le estaba generando.

Los sobrecostes en las obras de algunas de sus centrales hacían que la compañía se enfrentase a pérdidas millonarias, que han llevado a que esta misma semana decidiesen declarar Westinghouse Electric, la corporación bajo la cual agrupan su división nuclear en el país norteamericano, en quiebra.

No ha sido la única decisión que se han visto obligados a tomar en la corporación japonesa. Este mismo jueves, la junta de accionistas de Toshiba ha aprobado la escisión de su unidad de memorias, una medida con la que esperan conseguir liquidez para paliar el desgaste económico derivado del negocio nuclear. La decisión de dividir esta parte de la empresa se acordaba en una tensa reunión de más de tres horas, explica Reuters.

Tras la separación de la parte dedicada a los chips de almacenamiento flash, la compañía la pondrá previsiblemente a la venta, buscando a un tercero que adquiera una parte mayoritaria de la división o incluso su totalidad. Toshiba confía en conseguir al menos 9.000 millones de dólares en la venta de la unidad, que valoran en unos 18.000 millones.

La agencia de noticias, citando fuentes cercanas a la operación, desvela que hay ya al menos 10 posibles compradores, entre los que estaría la compañía creadora de dispositivos de almacenamiento Western Digital.

Toshiba prevé plantear los resultados para su tercer trimestre el 11 de abril, tras demorarlos en dos ocasiones debido, precisamente, a la investigación de las pérdidas en el negocio nuclear de la compañía en Estados Unidos.