Toyota estudia el uso del blockchain en conducción autónoma

Dos de las tecnologías del momento se alían. Toyota ha anunciado que está explorando el uso del blockchain en conducción autónoma. Lo hará a través del Toyota Research Institute o TRI, una subsidiaria de la división de la empresa japonesa en Norteamérica. El TRI colaborará con el Media Lab del MIT y otros socios.

El blockchain, una de las tendencias del momento en la industria tecnológica, permite hacer un seguimiento de las acciones digitales al asegurarlo mediante una cadena cifrada. El centro de investigación del fabricante de vehículos ha explicado a través de un comunicado que mediante este proyecto quieren acelerar la adopción digital de empresas y usuarios.

Aplicando el blockchain a la conducción autónoma, dicen desde Toyota, se mejora la transparencia y la credibilidad, se reduce el riesgo de fraude y se minimizan los costes. La compañía quiere crear un consorcio de usuarios fomentando un enfoque open source, para conseguir que otras de las empresas que están desarrollando tecnología de conducción autónoma empleen también el blockchain en movilidad.

El instituto trabaja en tres áreas básicas de acción. La tecnología blockchain puede ayudar tanto a las compañías como a los individuos a compartir de forma segura la información asociada a la conducción y otras pruebas, permitiendo no solo acceder a otras informaciones sino monetizar las propias sin apropiamientos indebidos, al asegurar de quién procede cada dato.

Para los que empleen el vehículo en realizar viajes para terceros, las herramientas basadas en blockchain ayuda a asegurar la información asociada a las carreras, los clientes y los que ofrecen el servicio. También facilita una relación financiera más directa, lo que se puede traducir en el ahorro del coste de un intermediario.

La tercera aplicación del blockchain a la movilidad está relacionada con las aseguradoras. Mediante esta tecnología, la recolección de información es más exhaustiva, lo que puede permitir a los propietarios ajustar las tarifas que pagan a las compañías de seguros al reducir las posibilidades de fraude y permitir comprobar las habilidades de conducción segura del usuario.